"La vida es un grito a la lucha interior, a la superación personal, a vivir, a creer en sí mismo, a luchar sin rendirse jamás, el camino de la vida es diario y nada puede pararte, sempre avanti es el lema"
jueves, 30 de abril de 2015
jueves, 23 de abril de 2015
Bicicleteando Por peña Izaga, un sueño hecho realidad
El día era soleado, pero hacía buena temperatura para andar en bici. Se comienza de 600 y pico metros, y las primeras rampas son muy suaves casi llanas. Tras unos 15 minutos subiendo poco a poco, comienzan las primeras rampas del día, empinadas pero no imposibles. El camino se mete en el bosque, y va ascendiendo haciendo eses, en alguna de las cuales me tengo que parar y empujar la bici, ya que había muchas piedras sueltas.
Voy cogiendo altura, hasta que ya estoy por encima de 1000 metros, y llego salgo ya del bosque, viendo el primer objetivo del día, la Ermita. Más duras rampas, en un pequeño trozo, tengo que empujar la bici un poco, ya que las piedras y el desnivel no me dejan continuar, pero sin darme cuenta llego a la ermita, a unos 1200 metros de altura.
Me paro cerca de la Ermita, cuantos siglos viendo pasar gente por su interior, por su exterior... historia viva.....
El tramo hasta la cima me es imposible hacerlo encima de la bici, por lo que empujo la bici.
Cima!!! El vértice geodésico junto con el buzón están ahí, testigos de mi llegada..
Sonrío, estoy contento, he empujado pequeños tramos hasta la ermita, y a partir de ahí, todo el rato hasta la cima, pero he podido subirlo casi todo encima de la bici.
Hace viento, frío, así que como un poco, buen trago de agua, y para abajo.
Despacio despacio bajo, ya que el camino tiene muchas piedras, así voy bajando, disfrutando, tranquilo, hasta que llego a la valla para que no se escape el ganado, paro a abrirla, y ¡Oh sorpresa!, pinchazo! por lo que me entretuve cambiando la cámara y poniendo otra.....
El resto de la bajada transcurre sin novedad hasta que llego al pueblo de nuevo, donde me tomo un merecido trago de agua, como de nuevo y vuelvo a casa.
Llegué a casa, cansado, pero contento, había subido en bici un monte que tantas veces había subido andando...Peña Izaga, un sueño hecho realidad.
viernes, 10 de abril de 2015
Phrase of the day - Frase del día
"Pienso que todos estamos ciegos. Somos ciegos que pueden ver, pero que no miran"
José Saramago
miércoles, 8 de abril de 2015
Hondarribi-Pasaia Hondarribia-Pasajes
Fue un día precioso!
Nos levantamos sin ninguna prisa, desayunamos, compramos pan, y comenzamos a caminar, dejamos atrás la ciudad de Hondarribi, para caminar entre Baserris, caseríos, prados, huertas, un entorno espectacular.
La dirección era siempre monte, hacia el Santuario Nuestra Señora de Gualupe.
Allí llegamos, el ambiente era festivo, dentro del Santuario había misa, en el exterior había un mercadillo y además, un Bertsolari cantaba sus Bertsos.
El camino ascendía por la loma del monte, mientras escuchábamos cómo los Bertsos se alejaban a cada paso que dábamos.
El camino se ponía empinado, hacía calor, pero las vistas compensaban cualquier desnivel que hubiera, Hondarribi, Hendaye, San Juan de Luz, el Golfo de Vizcaya en todo su esplendor........
Poco a poco las empinadas laderas dieron paso a un terreno ascendente pero más llevadero, mientras comenzamos a pasar los Torreones que se suceden a lo largo del monte Jaizkibel.
Llegamos a la cima, ubicada entre antenas y antenas, así que decidimos pasar rápidamente de largo para alejarnos de aquel lugar, precioso por las vistas, afeado por las antenas.
Llegamos al siguiente Torreón, y allí paramos a almorzar.
Tras el merecido descanso, ya que llevábamos varias horas caminando, continuamos nuestra marcha, con el mar a lo lejos a nuestra derecha, mientras al fondo se veía Donosti, La Bella Easo.
Cruzamos la carretera, y pasamos a un camino que discurre hacia la Ría de Pasaia por el lado más cercano al mar, pero desde la altura.
Las vistas eran abrumadoras, el camino pasaba por debajo de unas formaciones de rocas impresionantes, erosionadas por las inclemencias, y de cuando en cuando nos asomábamos al acantilado para ver la abrupta caída hacia el mar.
Llegamos a dónde ya el camino bajaba hacia Pasajes - Pasaia.
Allí las vistas eran preciosas, la ría que se adentraba, el otro lado del acantilado, un faro, barcos, pescadores a lo lejos en un espigón, el mar, azul, ondulante....
Bajamos a Pasaia Donibane - Pasajes de San Juan, y caminamos hacia un pequeño barco que nos atravesó en un santiamén a Pasaia San Pedro - Pasajes de San Pedro, para poco a poco ir caminando al lado del puerto buscando la parada del autobús que nos llevara de vuelta a Hondarribi.
Cogimos el autobús, y nos alejamos de Pasaia, con el corazón contento por el paisaje tan bonito que habíamos visto, por el día tan bueno que nos había hecho y por la preciosa caminata.
Hondarribi-Pasaia, un día para el recuerdo
Nos levantamos sin ninguna prisa, desayunamos, compramos pan, y comenzamos a caminar, dejamos atrás la ciudad de Hondarribi, para caminar entre Baserris, caseríos, prados, huertas, un entorno espectacular.
La dirección era siempre monte, hacia el Santuario Nuestra Señora de Gualupe.
Allí llegamos, el ambiente era festivo, dentro del Santuario había misa, en el exterior había un mercadillo y además, un Bertsolari cantaba sus Bertsos.
El camino ascendía por la loma del monte, mientras escuchábamos cómo los Bertsos se alejaban a cada paso que dábamos.
El camino se ponía empinado, hacía calor, pero las vistas compensaban cualquier desnivel que hubiera, Hondarribi, Hendaye, San Juan de Luz, el Golfo de Vizcaya en todo su esplendor........
Poco a poco las empinadas laderas dieron paso a un terreno ascendente pero más llevadero, mientras comenzamos a pasar los Torreones que se suceden a lo largo del monte Jaizkibel.
Llegamos a la cima, ubicada entre antenas y antenas, así que decidimos pasar rápidamente de largo para alejarnos de aquel lugar, precioso por las vistas, afeado por las antenas.
Llegamos al siguiente Torreón, y allí paramos a almorzar.
Tras el merecido descanso, ya que llevábamos varias horas caminando, continuamos nuestra marcha, con el mar a lo lejos a nuestra derecha, mientras al fondo se veía Donosti, La Bella Easo.
Cruzamos la carretera, y pasamos a un camino que discurre hacia la Ría de Pasaia por el lado más cercano al mar, pero desde la altura.
Las vistas eran abrumadoras, el camino pasaba por debajo de unas formaciones de rocas impresionantes, erosionadas por las inclemencias, y de cuando en cuando nos asomábamos al acantilado para ver la abrupta caída hacia el mar.
Llegamos a dónde ya el camino bajaba hacia Pasajes - Pasaia.
Allí las vistas eran preciosas, la ría que se adentraba, el otro lado del acantilado, un faro, barcos, pescadores a lo lejos en un espigón, el mar, azul, ondulante....
Bajamos a Pasaia Donibane - Pasajes de San Juan, y caminamos hacia un pequeño barco que nos atravesó en un santiamén a Pasaia San Pedro - Pasajes de San Pedro, para poco a poco ir caminando al lado del puerto buscando la parada del autobús que nos llevara de vuelta a Hondarribi.
Cogimos el autobús, y nos alejamos de Pasaia, con el corazón contento por el paisaje tan bonito que habíamos visto, por el día tan bueno que nos había hecho y por la preciosa caminata.
Hondarribi-Pasaia, un día para el recuerdo
viernes, 3 de abril de 2015
Bicicletear, Cycling
Día de Bicicletear, andar en bici, cycling, el día ha sido magnífico, la compañía estupenda, he ido con dos amig@s y hemos disfrutado mucho de la ruta.
Empezaba por campos y campos de cereal, verdes, resplandecientes, dando paso a bosques de encinos, cruzando una y otra vez el río por puentes, pasando por pueblos, apeaderos, estaciones, es una vía verde hecha de una antigua vía de tren.
Conforme avanzábamos, nos adentrábamos en la montaña, pasábamos túneles, ríos, el bosque había pasado de encinas a robles, todavía sin sacar hojas tras el fin del duro invierno y el inicio de la primavera.
Paramos a comer un bocadillo, en un pueblo del siglo XII con restos de una antigua muralla, historia viva...
Seguimos hasta dos pueblos más adelante, donde decidimos volver, cosa que nos llevó menos tiempo que en la ida por tener el viento a favor, y una ligera cuesta abajo.
Polvo, barro, humedad, frío en los túneles, calor.... el día nos dejó un poco de todo eso, y una huella imborrable en nuestro interior.....
Suscribirse a:
Entradas (Atom)