El pasado sábado cumplí uno de mis sueños más anhelados en los últimos años, subir a una de los más bonitas montañas de la Sakana en Bici, montaña que había subido tantas veces y por tantos sitios andando, pero que nunca lo había hecho en bici.... así que tras mucho tiempo, me decidí a intentarlo.
Todo comenzó en otro valle, en un pequeño pueblo enclavado en un valle encima de las montañas, un valle precioso, con bosques y cereal.....
Allí dejé mi coche, me preparé, y comencé a pedalear.
Dejé el pueblo por un camino, para empezar con las primeras cuestas, no muy empinadas.... llego a un cruce de caminos, y el gps me lleva en la dirección correcta, yendo por un antiguo camino asfaltado, que en esta época, está más lleno de piedras que de asfalto, pero por el que se puede ir razonablemente bien, la cuesta no es muy fuerte y se pedalea muy cómodo.
Voy entrando en un bosque, hasta llegar a una ermita en otro cruce de caminos. Vuelvo a mirar el gps para ver cual es el bueno, y lo tomo, para entrar en unas buenas cuestas donde tengo que esforzarme para superarlas. Llego a un portillo tras el que dejo el camino, y por la derecha cojo un pequeño sendero no muy marcado.
Estoy en medio de un hayedo precioso, naturaleza viva, sólo escucho algún cencerro de vacas pastando, y algún pajarico cantar. Soy un extraño en ese sitio, un invitado temporal que absorbe con sus ojos lo que ve al pasar.....soy algo muy pequeño rodeado de una inmensidad.....es maravilloso.
Sigo el camino, y paso por varios barrizales donde me tengo que bajar de la bici por estar llenos de huellas de vacas. El sendero se pierde a ratos, teniendo que seguirlo por la ruta que había metido en el gps de otro que la hizo, y avanza entre árboles y arbustos espinosos, el bosque se ha cerrado, ya no es el hayedo abierto que había pasado un ratico antes....
Entre arañazos, voy empujando la bici hasta salir del bosque, llegando a unas cuestas de hierba, donde unas vacas pastando, se me quedan mirando, sorprendidas, mientras sigo divertido mi pedaleo en unas cuestas preciosas de hierba, sin ningún camino que seguir.
En poco tiempo, llego a un nuevo portillo, lo cruzo, y estoy en medio de una llanura de verdes prados. No veo el sol, está oculto por la niebla, por lo que avanzo con el gps, hacía rato que no había camino, hasta que llego a un camino grande que viene del puerto cercano. Lo sigo en la dirección que me indica el gps, y entre prados, vacas pastando y caballos, voy avanzando poco a poco, con sube y bajas.... pero predominando hacia arriba, mientras la niebla desaparece, y el sol empieza a calentar.....
Voy subiendo poco a poco, siguiendo el camino, ya no veo caballos, sino ovejas, pastando en grupos.
Veo a lo lejos a dos montañeros, los primeros que veo en la ruta... los voy cogiendo, y los sobrepaso, subiendo poco a poco las lomas por el camino, viendo ya la ermita a lo lejos.
Entre cuestas más fuertes donde me tengo que bajar de la bici un par de veces, llego a la Ermita donde me bajo en la última cuesta para llegar a ella.
Voy al vértice geodésico, donde me encuentro con montañeros que han subido por la ruta normal.
Les hago la foto de cima, me hago la foto de cima, y voy a la Ermita donde me paro a almorzar.....
El paisaje es precioso, un mar de nubes está sobre los valles que rodean al monte, algodón blanco bajo el cielo....
Acabo de almorzar, y me lanzo hacia abajo, buscando otra vez la soledad de la subida.. Bajo con precaución, disfrutando de la bajada, del viento, atento a las piedras, para llegar al llano, esta vez sin niebla, donde poco a poco, avanzo hasta el desvío entre prados, para buscar el portillo que encuentro gracias al gps ya que no hay camino marcado. Paso otra vez por el bosque lleno de arbustos espinosos, andando un ratico, hasta que el bosque se abre a un hayedo majestuoso......
Paso el nuevo portillo y llego a la Ermita en la encrucijada de caminos. Ya poco me queda para llegar....
Encaro las últimas cuestas disfrutando de la cuesta y de los momentos vividos durante el día.
Llego al pueblo, donde tengo aparcado del coche.
Ha sido un día precioso, 4 horas inolvidables de monte-btt... un sueño hecho realidad.
Todo comenzó en otro valle, en un pequeño pueblo enclavado en un valle encima de las montañas, un valle precioso, con bosques y cereal.....
Allí dejé mi coche, me preparé, y comencé a pedalear.
Dejé el pueblo por un camino, para empezar con las primeras cuestas, no muy empinadas.... llego a un cruce de caminos, y el gps me lleva en la dirección correcta, yendo por un antiguo camino asfaltado, que en esta época, está más lleno de piedras que de asfalto, pero por el que se puede ir razonablemente bien, la cuesta no es muy fuerte y se pedalea muy cómodo.
Voy entrando en un bosque, hasta llegar a una ermita en otro cruce de caminos. Vuelvo a mirar el gps para ver cual es el bueno, y lo tomo, para entrar en unas buenas cuestas donde tengo que esforzarme para superarlas. Llego a un portillo tras el que dejo el camino, y por la derecha cojo un pequeño sendero no muy marcado.
Estoy en medio de un hayedo precioso, naturaleza viva, sólo escucho algún cencerro de vacas pastando, y algún pajarico cantar. Soy un extraño en ese sitio, un invitado temporal que absorbe con sus ojos lo que ve al pasar.....soy algo muy pequeño rodeado de una inmensidad.....es maravilloso.
Sigo el camino, y paso por varios barrizales donde me tengo que bajar de la bici por estar llenos de huellas de vacas. El sendero se pierde a ratos, teniendo que seguirlo por la ruta que había metido en el gps de otro que la hizo, y avanza entre árboles y arbustos espinosos, el bosque se ha cerrado, ya no es el hayedo abierto que había pasado un ratico antes....
Entre arañazos, voy empujando la bici hasta salir del bosque, llegando a unas cuestas de hierba, donde unas vacas pastando, se me quedan mirando, sorprendidas, mientras sigo divertido mi pedaleo en unas cuestas preciosas de hierba, sin ningún camino que seguir.
En poco tiempo, llego a un nuevo portillo, lo cruzo, y estoy en medio de una llanura de verdes prados. No veo el sol, está oculto por la niebla, por lo que avanzo con el gps, hacía rato que no había camino, hasta que llego a un camino grande que viene del puerto cercano. Lo sigo en la dirección que me indica el gps, y entre prados, vacas pastando y caballos, voy avanzando poco a poco, con sube y bajas.... pero predominando hacia arriba, mientras la niebla desaparece, y el sol empieza a calentar.....
Voy subiendo poco a poco, siguiendo el camino, ya no veo caballos, sino ovejas, pastando en grupos.
Veo a lo lejos a dos montañeros, los primeros que veo en la ruta... los voy cogiendo, y los sobrepaso, subiendo poco a poco las lomas por el camino, viendo ya la ermita a lo lejos.
Entre cuestas más fuertes donde me tengo que bajar de la bici un par de veces, llego a la Ermita donde me bajo en la última cuesta para llegar a ella.
Voy al vértice geodésico, donde me encuentro con montañeros que han subido por la ruta normal.
Les hago la foto de cima, me hago la foto de cima, y voy a la Ermita donde me paro a almorzar.....
El paisaje es precioso, un mar de nubes está sobre los valles que rodean al monte, algodón blanco bajo el cielo....
Acabo de almorzar, y me lanzo hacia abajo, buscando otra vez la soledad de la subida.. Bajo con precaución, disfrutando de la bajada, del viento, atento a las piedras, para llegar al llano, esta vez sin niebla, donde poco a poco, avanzo hasta el desvío entre prados, para buscar el portillo que encuentro gracias al gps ya que no hay camino marcado. Paso otra vez por el bosque lleno de arbustos espinosos, andando un ratico, hasta que el bosque se abre a un hayedo majestuoso......
Paso el nuevo portillo y llego a la Ermita en la encrucijada de caminos. Ya poco me queda para llegar....
Encaro las últimas cuestas disfrutando de la cuesta y de los momentos vividos durante el día.
Llego al pueblo, donde tengo aparcado del coche.
Ha sido un día precioso, 4 horas inolvidables de monte-btt... un sueño hecho realidad.
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