Yo, me, mi, conmigo mismo...
Me parece maravilloso ir solo al monte o a correr, siendo consciente y realista del riesgo y de todo lo que implica...pero también parece maravilloso ir con amigos, así que avisé a los colegas, y uno se animó, así que en vez de correr, hoy la cosa iba de andar y hablar..
Madrugamos, las 8 de la mañana era hora de quedada, vaya sueño que pasé, la peque nos dió una noche muy mala, y había dormido muy poco, pero las ganas de ir al monte con mi amigo, fueron mayores al sueño.
Salimos de Elia, un pueblo pequeño, rodeado de bosque y pastos, en el principio de un pequeño valle.
Fuimos subiendo por el valle, para coger un camino hacia el señorío de Amocain, para subiendo por un cómodo camino, llegar al collado.
Allí fuimos a la izquierda, para aproximarnos a la base del monte en una suave subida rodeados de bosques con prados intercalados.
Pasamos al lado de unas vacas, que pensarían: "Qué andarán haciendo estos por aquí", pues señoras vacas, estamos haciendo monte en vuestro territorio, el deporte de lo absurdo, subir para después bajar, hora y media de andar para 20 minutos de cima y otro tanto para abajo.
¿Merece la pena?
Para mi, rotundamente SI
Llegamos a la cima, con su vértice geodésico, con sus 1046m y su maravillosa vista, desde Pamplona a los Pirineos.
Almorzamos, bebimos agua, disfrutamos del paisaje y seguimos...
Bajamos por el otro lado del valle, caminando por senderos rodeados de bosque, hasta llegar al camino de la otra parte del valle, y pasando por el monte Egulbati, bajar de nuevo a Elia.
Es una zona que hay que conocer, ya que hay numerosos caminos, senderos y desvíos que nos pueden hacer acabar en otro valle...
El día fue estupendo, lo pasé en grande con mi amigo, hablando y hablando de nuestras vidas, planes, ilusiones, etc.....
Cómo he empezado la cita de hoy, es maravilloso ir solo, pero ir acompañado es espectacular......
No hay comentarios:
Publicar un comentario