"La vida es un grito a la lucha interior, a la superación personal, a vivir, a creer en sí mismo, a luchar sin rendirse jamás, el camino de la vida es diario y nada puede pararte, sempre avanti es el lema"

lunes, 22 de junio de 2009

Irumugarrieta 13-06-2009

Vuelta al monte que me ha enseñado tanto, como cuando me tuve que bajar de él en marzo por lo peligroso que estaba por la nieve.

Llegamos al valle, pasamos betelu, hasta llegar a gaintza.

El día pintaba calor, eran las 9 de la mañana y ya hacía calor.

Empezamos a andar despacito, sin prisa pero sin pausa, hacía mucho calor y enseguida comenzamos a sudar, a mi amigo se le revolvió la tripa y el cuerpo, así que una hora o así de empezar a subir, mi amigo se dió media vuelta.

Yo seguí, poco a poco ya que es una ruta de gran desnivel, subiendo entre laderas de hierba y por medio del bosque, y recordé el día que lo intenté con nieve, más vale que me dí la vuelta el día de la nieve.

Poco a poco seguí hacia arriba hasta el collado, donde miré hacia el valle, la vista era genial, pero grande era la vista hacia la cima del Irumugarrieta.

En muy poco rato llegué a la cima, donde paré durante 5 minutos, tomé una naranja y buen trago de agua, me maravillé una vez más de las vistas de todo el valle, hacía hasta frío ya que se puso casi a llover y hacía viento, y comencé a bajar, primero andando, y después corriendo, despacito pero corriendo, bastones, a estar muy atento al suelo, y para abajo por la ruta de subida.........

El caso es que dí un par de veces al suelo, me paré otras dos o tres a beber agua, y para abajo, hacía calor pero soportable, el único pero, es que en el trote de bajada perdí el móvil y me di la vuelta medio kilómetro hacia arriba para ver si lo veía, hasta que resignado me di la vuelta y seguí corriendo para abajo.

Hacía un tiempillo que no iba al monte y la verdad es que me emocioné mucho bajando, y claro, no se puede bajar corriendo con las Botas de Monte, por mucho que sean de medio primavera, así que llegué abajo el último kilómetro andando y corriendo, por las rozaduras que me hice en los dos pies.

La semana siguiente, la pasé a no poder andar, con unas agujetas que me duraron hasta el sábado siguiente, pero que me sirvió para aprender a no emocionarme en el monte y a pensar más friamente. El mismo sábado me fui a Linza a dormir, con la idea de ir a Petretxema.............

No hay comentarios: